La hiperhidrosis resulta de una hiperactividad de las glándulas sudoríparas ecrinas, principalmente de palmas, plantas, axilas o cara.
Es una técnica mínimamente invasiva que fue diseñada especialmente para remover el exceso de adiposidad gracias a la interacción selectiva del rayo láser con el tejido graso. Utilizado para acabar con la excesiva sudoración denominada como la maravilla del siglo, pues sus efectos en esta afección son inmediatos, seguros y lo más importante: de por vida.
La toxina botulínica ofrece una alternativa segura a tratamientos quirúrgicos, y una opción más para las hiperhidrosis resistentes a tratamientos tópicos. La toxina botulínica actúa sobre las neuronas motoras, bloqueando la liberación de acetilcolina a las sinapsis colinérgicas periféricas, inhibiendo la neurotransmisión. Se ha visto que cuando una sinapsis se bloquea, se estimula la neurogénesis y brotan nuevas terminaciones en la porción terminal del axón y la neurotransmisión se recupera después de meses.